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ADVIENTO  2019

IV Domingo de  Adviento.
Jesús  quiere nacer también en nuestra comunidad

El evangelio de este 4º domingo de Adviento nos dice que la venida de Jesús al mundo es una iniciativa de Dios, no nuestra. En Jesús, el hijo de Maria, "por obra del Espíritu Santo", habita la plenitud de Dios. Dios, que es Amor, se hace plenamente humano en Jesús, porque desea que todos participemos de su misma vida.

A José, comprometido con Maria, - y a nosotros- se le pide que no tenga miedo de ponerse al servicio de este proyecto de Dios. Un Dios que ama y confía tanto en la humanidad que no quiere salvar al mundo sin nuestra cooperación.

 

Dios no nos habla ni se comunica estando lejos. En Jesús Dios se hace "Dios-con-nosotros"; y nos habla con palabras humanas, sufre en su carne las limitaciones de todo ser humano; ama con corazón humano. Así nos enseña que, cuanto más humanos seamos, más cerca estaremos de Dios.

Para reflexionar

  • Busca momentos de silencio y de oración para escuchar, como María, y abre tu CORAZÓN a Dios, que te invita a dejar entrar a Jesús en tu vida, para transformarla y darte a los que necesitan ayuda;

  • Estás convencido/da de que “algo nuevo” puede nacer en tu vida en esta Navidad.¿ Qué puede ser?

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Para rezar…

Jesús, Señor y hermano nuestro, estamos a punto de celebrar tu Nacimiento un año más.

Hay personas que solo lo celebrarán consumiendo o gozando de unos días de vacaciones. Otros ni podrán celebrarlo, preocupados como están por sobrevivir.

 

Nuestra Comunidad cristiana queremos celebrarlo y vivirlo a la luz del Evangelio, y como oportunidad para renovar nuestra fe.

Nos cuesta a veces aceptar las cosas a las que no estamos acostumbrados o que no hemos programado. Nos sorprende, como a María, e incluso nos llena de dudas como a José, aceptar que te haces presente en nuestra vida a tu manera, trastocando nuestros planes.

 

Ayúdanos, María, a creer que Dios está realmente con nosotros, comprometido con nuestra vida; compartiendo nuestras alegrías y sufrimientos, y animándonos a llevar a Jesús, como hiciste tú, a todas aquellas personas que necesitan de alegría y de esperanza. Amén

III Domingo de  Adviento.
¿A quién esperamos esta Navidad?

Ante Jesucristo y su Evangelio, nos preguntamos como Juan Bautista y sus discípulos; ¿Jesús es el que ha de venir o hemos de esperar a otro? ¿El camino que propone Jesús es el mejor para nuestro mundo? Si Jesús es el Salvador, ¿cómo es que las cosas no cambian más deprisa?
Jesús no fuerza nuestra libertad. Nos convida a reflexionar sobre su manera de actuar y a decidirnos seguirlo con todas las consecuencias. Y a no desanimarnos porque nuestra sociedad no acaba de mejorar, o no nos convertimos tan rápido como desearíamos.
La impaciencia no es buena consejera. Jesús nos llama personalmente y como COMUNIDAD a seguir sembrando las semillas del Reino de Dios que él mismo comenzó. Con la esperanza de que se irá haciendo realidad la vida y el mundo que Dios quiere, si nos tomamos en serio el seguimiento de Jesús; y trabajamos para que su propuesta de vida y de esperanza germine, poco a poco, a nuestro alrededor.

Para reflexionar

  • Es bueno preguntarnos dónde ponemos el sentido de nuestra vida y de nuestra esperanza: ¿En Jesucristo o en alguien o algo que se presentan como "salvadores"?

  • Poner la confianza y esperanza en Dios no tiene nada que ver con la pasividad. Nos compromete a dar vida y esperanza a los otros. ¿Qué signos hago en la vida de cada día para hacerlo realidad?

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Para rezar…

Tus caminos, Señor, nos desconciertan.
¿Cómo podemos saber que vienes de parte de Dios? ¿Cómo puede ser que a mucha gente tu Evangelio no les diga nada?
Nosotros mismos, a veces, tenemos el corazón frío y lleno de dudas. ¿Vale la pena, así, ser cristiano?

Y de pronto nos abres los ojos y vemos lo que antes no veíamos. 

Continúas haciendo, en nuestra COMUNIDAD de María Auxiliadora, las mismas maravillas que en los primeros tiempos: recuperas para tu causa a personas concretas; personas desanimadas recuperan la ilusión y la esperanza; Jóvenes y adultos han descubierto que vale la pena entregarse gratuitamente a los demás. Personas religiosamente frías han visto un rayo de luz en contacto con nuestra comunidad.
Ayúdanos a creer cada día más que Tú eres el Enviado de Dios Padre

II Domingo de  Adviento. La Inmaculada

Dios siempre nos sorprende

En la narración evangélica de la Anunciación, el angel Gabriel hace a María una propuesta atrevida de parte de Dios: ser la madre del Mesías. Una propuesta tan novedosa que sorprende a María y a José, su prometido, porque trastoca sus planes .

 

Maria queda “sorprendida" por el desbordamiento de Dios en su persona. No comprende su alcance, pero dice Sí, porque advierte que lo más profundo de su persona ha sido llamado a entrar en el horizonte de Dios. También José asume esta “sorpresa” de Dios, como hombre de fe, aun pasando por momentos de duda…

 

Con su Sí, María grita a los cuatro vientos su disponibilidad y entrega total a Dios. Su Sí hace posible la encarnación del HIjo de Dios; y que Jesús y su mensaje se hagan presentes en medio del mundo.

 

Por eso, María es la maestra de la fe, el espejo de la persona creyente, de la persona que se deja abrazar por la inmensidad de Dios. Un Dios alojado en el pequeño espacio del corazón de una muchacha. Dios la necesita y te necesita también a ti y a nuestra comunidad parroquial para que la Navidad no se acabe nunca, y Jesús se haga presente a nuestro alrededor.

Para reflexionar

  • Busca algún momento de silencio para descubrir, como María, los momentos de tu vida donde Dios está más presente...y otros en los que te cuesta más descobrir su presencia.

  • ¿Estás convencido/a  de que “algo nuevo” puede nacer en tu vida en esta Navidad?  ¿Qué puede ser?

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Para rezar…

Señor, nos cuesta aceptar las cosas que no hemos programado. Nos soprende, como a María, e incluso nos llena de dudas como a José, aceptar que te haces cercano a nosotros y presente en nuestra vida a tu manera, trastocando nuestros planes.

 Ayúdanos a decirte SÍ, para que podamos esperar confiados y alegres la venida de Jesús en esta Navidad.

 Ayúdanos, María, a acoger a Jesús como la presencia entranable de Dios, como el Salvador, como el sentido definitivo de nuestra vida..

 Ayúdanos, María, a dar razón de nuestra fe y de nuestra esperanza a todos aquellos que nos pregunten por qué somos cristianos. Amén

I Domingo de  Adviento

UNIDOS en COMUNIDAD esperamos a JESÚS

Estrenamos un nuevo tiempo de ADVIENTO. Durante este tiempo la Palabra de Dios nos recuerda las actitudes que facilitan la acogida de Jesús que viene, el Hijo de Dios que quiere quedarse entre nosotros. El Adviento nos prepara para acogerlo

Este primer domingo nos invita a mantenernos "despiertos" para acogerlo UNIDOS como COMUNIDAD CRISTIANA, Para que el encuentro con Jesús en esta Navidad no se reduzca a celebrar unas fiestas ya tradicionales, ciertamente entrañables; y olvidar su profundo significado cristiano: en este Jesús que viene, Dios se mete en nuestra vida y en nuestro mundo para mostrarnos su amor y su salvación.

Fruto de esta acogida de Jesús como COMUNIDAD es el compromiso de ser testigos de este amor de Dios a nuestro alrededor. Y la Navidad es una buena oportunidad para hacerlo realidad.

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Para pensar…
    ¿Con qué actitud comienzo este Adviento? .¿Con esperanza? ¿Un camino para abrir nuestra COMUNIDAD a Jesús que viene en esta Navidad?.¿Vivir más auténticamente la fe en Jesucristo?...No espero nada en especial...Con la costumbre de cada año...
    ¿Contribuyo que Jesús ocupe un lugar importante en nuestra COMUNIDAD?. Jesús viene de nuevo y llama a mi puerta. ¿Le abro la puerta de par en par para que ilumine mi corazón...o hay algo que me impide acogerlo con todas las consecuencias? 

Para rezar…
Jesús, tu nos invitas a vivir atentos porque nos amas. 
Tenemos el peligro de ir viviendo como si nada, de forma rutinaria; y entonces naufragamos.

Pero Tú quieres que superemos todas las dificultades que encontramos en nuestro camino. 

Tu nos haces ver que la salvación está cerca; que siempre es tiempo para encontrarnos contigo; especialmente cuando recorremos con esperanza el camino del Adviento.

Queremos estar a punto para que no nos encuentres desprevenidos, y para que tengas la alegría de comprobar cómo deseamos que nazcas en nuestra COMUNIDAD. 
Acuérdate de nuestros amigos que todavía no te conocen ni te esperan. Amén.

 

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