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ADVIENTO  2023

La Sagrada Familia

4º domingo

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Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la población, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones». Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos “han visto a tu Salvador”, a quien has presentado antes todos los pueblos: “luz para alumbrar a las naciones” y gloria de tu pueblo Israel». Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones». Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, Jesús y sus padres volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.

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  Medito la Palabra

El evangelio de hoy nos presenta un pasaje familiar, de la vida cotidiana de la familia de Nazaret, la presentación de Jesús al templo. Un episodio lleno de simbolismo, anticipa aquello que Jesús hará y dirá en el Templo cuando sea grande.

De la familia de Nazaret no sabemos demasiadas cosas, pero una cosa si es segura: El Hijo de Dios quiso nacer y vivir en una familia y experimentar la existencia humana, precisamente en una familia pobre, trabajadora, que vivió momentos felices y de paz, pero también momentos duros, sufrió dificultades económicas, tuvo que emigrar de su país, y sufrió la persecución y la muerte. 

El evangelio de hoy no nos da soluciones técnicas, ni fórmulas preestablecidas en mejorar la vida familiar o social, pero nos da unas claves más profundas, humanas y cristianas. 
Cuando Jesús entra por primera vez al templo, acompañado por sus padres, se encuentra con Simeón y Ana, que representan la tradición de Israel que acogen a aquel que es el enviado de Dios, como antes lo habían hecho los pastores y los magos de Oriente, pero sobre todo a la joven pareja formada por María y José.
 
Las personas mayores a menudo no pueden hacer muchas cosas, pero sí que pueden dar su testimonio y ayudar a los más jóvenes en su camino de fe, mediante su ejemplo o mediante una palabra oportuna. 

Ojalá, todos y cada uno de nosotros sepamos hacer como los personajes del evangelio de hoy, María, José, Ana, Simeón, que saben descubrir la voluntad de Dios en sus vidas y la acogen con valentía y fidelidad. 

Los creyentes debemos potenciar en nuestros ambientes la actitud de fe, de unión mutua, de acogida y tolerancia de la que nos habla el evangelio. Es así cuando las familias y las personas en general encuentran su equilibrio, su salud, e ilusión para seguir creciendo en valores de acogida, justicia, solidaridad...

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  Rezo con la Palabra

Salmo 127

Feliz tú, que honras al Señor
y le eres obediente.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás feliz y te irá bien.
En la intimidad de tu hogar,
tu mujer será como una vid cargada de uvas;
tus hijos, alrededor de tu mesa,
serán como retoños de olivo.
Así bendecirá el Señor al hombre que le honra.
¡Que el Señor te bendiga!

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   Otras palabras me ayudan
Somos antorchas que sólo tienen sentido 
cuando quemamos y somos luz;
somos torrente de agua viva
nacidos para darnos y no estancarnos.
Libéranos de la prudencia cobarde
que nos hace evitar cualquier sacrificio.

La vida se da sencillamente y sin publicidad.
Por eso queremos seguir dándonos,
porque Tú estás esperando
en millones de ojos humanos.

Ayúdanos a descubrir tu voluntad
y a aceptarla para continuar siendo luz
a quienes nos rodean.
 

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4º domingo

Compartimos con María  
la llegada de Jesús en esta Navidad

En la narración evangélica de la Anunciación, el angel Gabriel hace a María una propuesta atrevida, el SUEÑO que Dios tiene para toda la humanidad:  ser la madre del Mesías. Una propuesta tan novedosa que sorprende a María y a José, su prometido, al ver trastocados sus planes .

Maria queda “sorprendida" por el desbordamiento de Dios en su persona. No comprende su alcance, pero dice Sí, porque advierte que lo más profundo de su persona ha sido llamado a entrar en el horizonte de Dios. También José asume esta “sorpresa” de Dios, como hombre de fe, aun pasando por momentos de duda…

 

Con su Sí, María grita a los cuatro vientos su disponibilidad y entrega total a Dios. Su Sí hace posible la encarnación del HIjo de Dios; y que Jesús y su mensaje se hagan presentes en medio del mundo.

 

Por eso, María es la maestra de la fe, el espejo de la persona creyente; de la persona que se deja abrazar por la inmensidad de Dios. De un Dios alojado en el pequeño espacio del corazón de una muchacha.

Dios la necesita y te necesita también a ti y a nuestra comunidad parroquial para que la Navidad no se acabe nunca, y Jesús se haga presente a nuestro alrededor.

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Para reflexionar

    Busca algún momento de silencio para descubrir, como María, los SUEÑOS de tu vida donde Dios está más presente...y otros en los que te cuesta más descobrir su presencia. 
    ¿Estás convencido/a de que “algo nuevo” puede nacer en tu vida en esta Navidad?  ¿Qué puede ser?

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Para rezar 

Señor, nos cuesta aceptar las cosas que no hemos programado. Nos soprende, como a María, e incluso no llena de dudas como a José, aceptar que te haces cercano a nosotros y presente en nuestra vida a tu manera, trastocando nuestros planes.

Ayúdanos, Señor, a decirte SÍ como María, para que podamos esperar confiados y alegres la venida de Jesús en esta Navidad. 

Ayúdanos, María, a acoger a Jesús como la presencia entranable de Dios, como el Salvador, como el sentido definitivo de nuestra vida.

Ayúdanos, María, a dar razón de nuestra fe y de nuestra esperanza a todos aquellos que nos pregunten por qué celebramos la Navidad como cristianos y cristianas. Amén
 

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3er domingo

Un gran sueño:
Ser testigos de Jesús en esta Navidad

El camino de la vida no siempre es fácil. Dificultades de todo tipo se entrecruzan en nuestro camino y ponen a prueba nuestra fe. Este 3r domingo de Adviento, siguiendo el ejemplo de Juan Bautista, nos invita a dar testimonio de Jesús.  A creer que el encuentro con Jesús nos llena de luz, de alegría, de vida y esperanza; y vale la pena anunciarlo por todas partes.
Pero hemos de reconocer que no siempre es así. Nuestro testimonio de creyentes queda oscurecido por nuestros miedos y rutinas. Por eso, necesitamos que la LUZ de Cristo ilumine nuestra mentalidad y nuestros sentimientos; y llene nuestra vida de una alegría- como dice Jesús- que el mundo no puede dar y nadie nos podrá quitar (Jn 16,22). Alegría que viene del Espíritu: profunda, esperanzada, amorosa, íntima y plena
Que esta Navidad nos dé fuerzas para ser testigos,de todo ello.
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Para pensar 

    ¿Mi encuentro con Jesús es suficientemente profundo para proponer su mensaje de vida y esperanza a todos con humildad, pero convencido de que vale la pena?
    ¿Qué estás dispuesto a hacer en esta Navidad para ser luz, alegría y esperanza para los otros?

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Para rezar 

Señor, ayúdanos a anunciar, personalmente y Comunidad cristiana, lo que hemos visto y sentido:

 

Que es posible experimentar la luz en nuestra mente y la alegría en el corazón; porque sabemos que Tú caminas con nosotros, aunque experimentamos las dificultades en el camino.

 

Que tu Reino, Señor, está en medio de nosotros, porque hay muchas persones comprometidas en dignificar la vida de la gente que padece todo tipo de situaciones difíciles, fruto de la pobreza, la enfermedad, la exclusión, la soledad y el desamor

 

Señor, nuestra Comunidad Cristiana, con sus virtudes y defectos, prepara con alegría tu venida. Concédenos ser humildes testigos de la LUZ de Jesús, con la vida y esperanza que nos trae esta Navidad. Amén

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2º domingo

No pongamos obstáculos
al SUEÑO de Dios 
sobre nuestra vida y el mundo

Hay caminos y caminos en nuestra vida. Caminos fáciles de transitar que nos conducen al lugar deseado y soñado; pero también caminos que no conducen a ninguna parte; caminos llenos de obstáculos que dificultan la realización de nuestros SUEÑOS, 
En el evangelio de hoy, Juan Bautista nos invita a preparar un año más el CAMINO de encuentro con JESÚS que viene de nuevo a nosotros en esta NAVIDAD, 
A veces olvidamos que el mensaje del Evangelio nos pide un corazón abierto, pacífico y pacificador y una cara sonriente; y hacer realidad nuestros sueños de amor, de esperanza, y en definitiva de Salvación., Así contribuimos a que se haga realidad el SUEÑO que Dios tiene para toda la humanidad.
No pongamos obstáculos a este SUEÑO de Dios, con nuestras actitudes, palabras o silencios y nuestro comportamiento.

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Para pensar 

    ¿Tengo momentos de oración y contemplación para descubrir lo que Dios me pide en este momento de mi vida? ¿Qué obstáculos pongo personalmente o encuentro en el ambiente en que vivo?
    ¿Qué signos presenta mi vida que ayudan a mi familia y a los otros para hacer visible y creíble el SUEÑO de Dios sobre la vida y el mundo?

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Para rezar 

Señor, ayúdanos a experimentar tu presencia en cada momento de nuestra vida... Presencia que nos ayuda a conocer y aceptar lo que quieres de nosotros.
Ayúdanos, Señor, a buscar momentos de contemplación, para descubrir el Sueño que tienes sobre nosotros: que podamos ver la vida y las personas de una manera nueva, desempolvar nuestros corazones para darnos cuenta de lo que realmente tiene valor y da sentido profundo a nuestras vidas.
Todos los momentos del día son buenos para entrar en relación contigo, Señor. En los acontecimientos más ordinarios nos diriges tu palabra de amor, si reconocemos tu presencia.
Ayúdanos a no ponerte impedimentos en el camino, para que podamos descubrir más fácilmente el tesoro de tu presencia en nuestras familias y a nuestro alrededor.
Es bonito tenerte tan cerca para experimentar la ternura de tu amor...Amen

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1er domingo

¡A soñar “despiertos”!

“Estrenamos” un nuevo tiempo de Adviento. Durante todo este tiempo la Palabra de Dios nos invita a preparar nuestro encuentro con JESÚS en esta Navidad: el gran SUEÑO de Dios para la humanidad.  El Adviento es el CAMINO para acoger este SUEÑO en nuestra mente y en nuestro corazón, y vivirlo y celebrarlo como comunidad cristiana.

Este primer domingo nos invita a soñar “despiertos”, a vivir “vigilantes” para descubrir a Jesús que viene a nosotros, y las situaciones en donde Jesús nos sale al encuentro en cada momento y circunstancia de nuestra vida. 

Fruto de este encuentro con Jesús es la mirada nueva sobre la vida y todo lo que me rodea; no vivir dormidos o anestesiados en el camino de la fe; con el compromiso de construir un mundo más solidario y fraterno, comenzando por la família, los vecinos, la comunidad parroquial, y el ambiente donde vivimos.
¡El Señor viene; vayamos a su encuentro! 
 

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Para pensar 

    ¿Con qué actitud comienzo este Adviento? Con esperanza...Una nueva oportunidad para abrirme al SUEÑO que Dios tiene para mi vida…Dar más autenticidad a mi encuentro con Jesús...No espero nada especial...

    ¿Qué SUEÑOS sobre mi vida personal, la familia, la comunidad parroquial, el barrio, quiero abrir más a la venida del Señor? 
 

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Para rezar 

Me esperas cada día, Señor. 
Quieres estar presente en los ESPACIOS de mi vida, de donde brotan los SUEÑOS sobre mi vida personal, la familia, la comunidad parroquial, el barrio, etc.
No cesas de llegar desde el silencio hasta mi puerta para avisarme de tu visita. 

Pero con frecuencia estoy dormido o amnistiado, y no me doy cuenta de que Tú estás aquí, que cada hora es una cita contigo. En este mediodía, en esta noche, mañana...también vendrás. No dejarás nunca de llegar. 

Ayúdanos Dios Padre a caminar despiertos, vencer la rutina en el camino de la fe; 
y así colaborar para que se haga realidad tu SUEÑO de que seamos seguidores de Jesús; y con Jesús, construyamos CAMINOS de fraternidad, justicia y paz.  Amén

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